Francisco Rodríguez Méndez (
Huelva, 1937) fue el máximo exponente del boxeo en
Huelva tras la aparición de la Federación Onubense en los años 50. En 1956, Peguero lograba ganar un combate en los Campeonatos de España (Barcelona) y, dos años después, se producía la eclosión de Paco Méndez, que en 1957 llegaba a semifinales y en 1958 se coronaba campeón (ambas en Madrid) derrotando en la final al canario Domínguez.
Como cuenta este viernes en su página web oficial la Federación Española de Boxeo, en profesionales, campo al que pasó tras este éxito, su carrera sufrió un parón por varias razones (entre ellas una lesión), aunque tras su regreso al ring en 1961 comenzaría la etapa dorada de este zurdo amante del golpeo a la zona hepática.
Huelva se convirtió en un fortín que apoyaba a su púgil y la victoria sobre José María Madrazo provocó que el presidente de la Federación en ese momento, Martín Berrocal, buscara la oportunidad para su pupilo: una defensa del título de España wélter por parte de Diego Infantes (el peso fue realmente el welter por una temporal reestructuración de pesos acometida por la Federación).
El 7 de septiembre de 1963, con León Capelo en la esquina, Méndez batalló con Infantes en un gran combate que Perotti juzgó como nulo. El escenario fue la Plaza de Toros de la Merced, en el que fue catalogado como «el mayor acontecimiento de la historia deportiva onubense» y dejó una imagen memorable: al salir al ring y ver a toda su ciudad recibiéndole, «Paco» Méndez comenzó a llorar.
En otro de los combates épicos del boxeo onubense, Méndez se midió un año después (9 de septiembre de 1964, de nuevo coincidiendo con las fiestas de la Patrona) a Cesáreo Barrera, que había destronado a Infantes, en una categoría ya rebautizada como superwélter. En ese año, Méndez había derrotado a grandes púgiles como Alayeto, Mokhtar, Francisco Moreno o Ferri, ganándose una oportunidad que se escenificó en el Estadio Municipal de Deportes ante 10.000 espectadores. Sin embargo, el señor Sánchez falló como nulo un combate de muchos vaivenes.
La revancha por el título con Barrera se hizo un mes después, en Gran Canaria, y ahí el insular sí se impuso por puntos, dando al traste con el sueño de «Paco» Méndez, que pondría punto y final a su carrera. Desde luego, no al boxeo, pues fue entrenador, motivador, aficionado y persona vinculada a nuestro deporte hasta hoy.
«Desde la Real Federación Española de Boxeo queremos dar el pésame a familia y amigos (entre estos a Paco Alloza, que nos ha transmitido la triste noticia)», destacaban.