El entrenador andaluz y actual seleccionador de Armenia, Joaquín Caparrós fue protagonista en el segundo programa Confinados de la RFAF para hablar de la actualidad en este tiempo de confinamiento con motivo de la COVID-19. En estos tiempo lo "primero" que hace es seguir "cumpliendo y siendo disciplinario con todo lo que nos dicen los especialistas y los técnicos. Creo que como lo estamos haciendo todo. Y luego, pues bueno, haciendo por la mañana una rutina durante todo el día, haciendo algo de deporte. Bueno, viendo vídeos, estando en la cama, leyendo, viendo series, viendo películas. Pues yo creo que más o menos como lo hacemos todos porque tenemos que intentar, sobre todo, tener una rutina durante el día para que se nos haga mucho más ameno y, bueno, vayamos cada día con la alegría que entre comillas podemos tener pero llevarlo lo mejor posible, ¿no?".
"No" tuvo que mirar hacia donde se tenía que ir cuando recibió la llamada del actual director deportivo de la federación armenia de fútbol: "tan solo mi garantía fue primero hablar con la familia, lógicamente, y la garantía de todos fue Ginés y su equipo, pero sobre todo Ginés. Yo conozco a Ginés desde el 85, fue profesor mío en los cursos nacionales en Albacete, me une una gran amistad. También se llevó a Antonio Flores, que es profesor de la Federación Española, con Ginés en los cursos nacionales, fue profesor mío también, llevaba otro técnico también de allí de la Federación Española y, por lo tanto, se lo comenté a Luci y dijimos adelante, y luego ya fue lo demás, pero sobre todo el proyecto que me estuvo hablando Ginés de que era un proyecto de hacer crecer la federación y el fútbol, sobre todo el fútbol allí en este país, en Armenia. Tienen muy buenas instalaciones, hace pocos años, cuatro o cinco años, inauguraron una ciudad del fútbol muy parecido a la que nosotros tenemos en Las Rozas, pero aquí hay más campos de fútbol, con residencia también, con una muy buena sala y todo eso lo gestiona, lo dirige, Ginés, y, por lo tanto, como te digo, cuando me llamó y me lo propuso ni me lo pensé".
Casi 40 años de trayectoria profesional en equipos profesionales le avalan y pese a la amplia carrera en los banquillos "no" se siente fatigado: "no, no. No lo he pensado, no lo he pensado, no lo he pensado y creo que es bueno muchas veces reflexionar, analizar, pero no ha sido mi caso. Yo en mi caso ha sido querer entrenar. Soy mucho de acción, ese tipo me ha hecho muchas veces equivocarme en tomas de decisiones en equipos pero mi idea ha sido siempre seguir entrenando y he sentido ninguna fatiga. ¿Por qué? Porque, como te digo, es mi vida, es mi pasión, y soy vocacional. Ser entrenador tiene que ser vocacional, porque si no es imposible. Una profesión difícil, no es tan bonita como todo parece pero lo que sí es verdad es que estás haciendo una cosa que es lo que a ti realmente te gusta y, por tanto, siempre de esa forma se lleva mucho mejor".
Preguntado por sus inicios en su pueblo, contestaba que, "bueno, yo en Utrera estuve pocos años. Yo estuve durante dos años en Utrera y rápidamente nos trasladamos a Sevilla porque mi padre trabajaba en Agromán. Era administrativo de la empresa Agromán. Estaban en la plaza Nueva las oficinas y, por lo tanto, yo voy, lógicamente, mi abuela, mis tías, mis tíos, siguen viviendo todavía... mi abuela no vive ya la mujer pero sí que sigo teniendo tías, primos, etc. y nosotros nos vamos a Sevilla y ahí empiezo el colegio, voy al colegio. Nos vamos a Pío XII, a Conde de Halcón, yo soy de Conde de Halcón, del barrio de Pío XII. Voy al primer colegio que hay allí, que le llamaban el colegio de los moros y luego, posteriormente, voy a los Salesianos de la Trinidad porque no tenía todavía la edad y ya empiezo a ir a los Salesianos de la Trinidad hasta que, bueno, pues cuestión profesional a mi padre le sale una oferta en Madrid para llevar otro tipo de empresa también a nivel administrativo y nos trasladamos todos a Madrid, ¿no?, pero mis primeros años más que nada los paso en Sevilla, en el barrio de Pío XII, entre Pío XII y los Salesianos de la Trinidad, ¿no?"
Joaquín Caparrós recuerda que su acercamiento al fútbol "sí" es a través de "mi padre", que "era un gran aficionado y, bueno, pues yo recuerdo perfectamente a mi padre como cualquier padre que le gustaba el fútbol. Lo primero era para Reyes o cualquier cumpleaños un balón, una pelota, porque en aquella época los balones reglamentarios no existían, y el que lo tenía era un privilegio el tenerlo y, entonces, eran los balones de goma y cuando yo iba con la pelota de goma a pasear siempre iba con mi padre, y luego mi padre era socio del Sevilla y mi padre me llevaba al campo, al campo del Sevilla, el Ramón Sánchez Pizjuán. Íbamos andando, recuerdo que íbamos andando y tengo unos recuerdos espectaculares porque me sacaba una entrada en el campo del Sevilla que se llamaba la entrada infantil, estaba en el córner en gol norte y donde íbamos todos los chiquillos. Entonces, mi padre llegaba, me dejaba ahí, terminaba el partido y me decía 'aquí', me recogía, íbamos y recuerdo, como iba con tres o cuatro amigos, en el campo, la vuelta, los comentarios del partido, ¿no? Recuerdo los comentarios y tengo buen recuerdo porque a mí me gustaba meterme en eso cuando ellos hablaban o discutían de cómo había sido el partido y, bueno, daba mi opinión del partido. Y luego recuerdo, porque recuerdo y me lo dicen mis amigos, porque sigo manteniendo los contactos con los amigos de Pío XII, que cuando yo llegaba allí a la plazoleta, al patio, pues con una pelota yo les decía las jugadas que habían hecho los jugadores del Sevilla, ¿no?, de aquella época, de los Machuca, de los Lora, de los Cabral, de Paco Gallego, de Diéguez. Jo... son muchísimos, cuando te estoy diciendo esos nombres me vas a decir 'este no tiene esa edad', ahora que has dicho, pero, bueno, y tengo muy buenos recuerdos de eso. Hay una anécdota también, muy importante, que ya lo he comentado, que yo estando en los Salesianos de la Trinidad, donde yo jugaba con los mayores, ahí es donde yo conocí la primera vez a Pablo Blanco. Pablo Blanco jugaba en un equipo que se llamaba el Hispania y destacaba, y yo como chiquillo pues yo me quedaba a ver esos partidos, inclusive recuerdo, se lo comento a Pablo, que una vez faltaba uno y me vieron allí y me dijeron '¿quieres jugar?'. Yo me puse allí, era gente mayores y, fíjate, con las edades tan de pequeño se nota mucho más cuando hay una diferencia de tres o cuatro años. Yo me puse ahí y cuando era la selección del colegio, por la zona esa de ahí había un ojeador del Betis, había un ojeador del Betis y nos cogió a tres o cuatro para que fuéramos a jugar a Camas, y fuimos a Camas. Yo no le dije nada a mi padre, estuvimos, bueno, sobre todo muy calladito, cogimos el autobús los amiguetes, nos fuimos a Camas y me cogieron. Me dijeron: 'ahora tienes que ir a las oficinas del Betis' y, claro, se hacía muy tarde, la hora que era, yo no había dicho nada en casa, y me dieron unas hojas, me acuerdo que me dieron seis hojas para que las firmara mi padre, que era el permiso de los padres para poder entrenar y, claro, ya tuve que confesar a mi padre dónde había estado y todo eso y mi padre me dijo el hombre... como un sevillista se puso así: 'ser futbolista y tienes que estar en el Sevilla'. Entonces, por mediación de unos contactos que tenía mi padre pues el Sevilla me llegó a probar y fui a probar y me cogieron, y yo estuve jugando en el Sevilla Infantil y tengo la suerte, tengo una fotografía, que es una de las fotografías más cariñosas que yo tengo, en el Ramón Sánchez Pizjuán, porque jugamos un partido en el campo, era Infantil, como Pepe García, que le llamaban Pepe García el Gordo, era espectactular, y Pepito Alfaro jugaba también, y yo recuerdo que ese partido era en el campo del Ramón Sánchez Pizjuán, que jugamos después de un partido por la mañana que jugó el Sevilla con el Barcelona. Entonces eso fue espectacular. Para mí fue un recuerdo impresionante y tengo fotos de ese partido, que te digo que son de las fotos que más me gustan de vez en cuando verlas y enseñarlas".
Luego a su padre lo trasladan a Madrid: "sí, lo trasladan a Madrid y el Sevilla quiere que yo me quede, hablan con mi padre para que yo me quede en la residencia, donde tenían a los chicos que tenían, porque yo recuerdo que las primeras botas de fútbol las compro con un vale que me da el Sevilla en Deportes Alfa, entonces para mí esas botas es un gran recuerdo. Entonces yo me voy y te dan una recomendación para que yo vaya al Madrid, pero yo le dije a mi padre, me salió así: 'si el Madrid realmente me quiere pues ya se enterará si yo soy...'. Entonces hay un club histórico en Madrid, al lado de donde yo vivía, que es el Plus Ultra, lo que es actualmente en Castilla, lo que fue posteriormente, porque lo absorbió, y ese era un equipo muy querido, Luis Aragonés estuvo allí, Ramón Grosso, jugadores muy importantes, ¿sabes? Y entonces yo iba allí, yo podía ir andando al entrenamiento, y a partir de ahí ya estuve jugando. Es cierto que ya la gente del Madrid y el Atlético de Madrid estaban pendientes de mí pero, como es absorbido", acaba en el Real Madrid.
Asintió que "sí" jugaba de mediocentro: "era mediocentro, sí. Y resulta que, bueno, es absorbido el Plus Ultra por el Real Madrid y ya entro en la disciplina del Real Madrid. Empiezo a entrenar ahí con el Madrid, voy a la selección, en aquella época la selección de Castilla porque, claro, antes no había las autonomías. Eran las selecciones territoriales y voy a la selección, y empiezo a jugar en el juvenil A del Madrid, donde coincidimos una serie de futbolista espectaculares, donde estaba Isidoro San José, donde estaba Magdaleno, donde estaba Javier Castañeda, donde está Casuco, Emilio de la Riva, gerente mucho del Recreativo y jugador, Martín Roales, futbolistas que luego todos triunfaron. Y luego ya voy pasando: paso al Castilla, jugamos junto con García Hernández, con García Cortés, con todos esos futbolistas, con Ricardo Gallego... Bueno, coincidimos todos y la verdad es que fueron unos años con entrenadores como Manolo Sanchís, con Antonio Ruiz, como nuestro paisano Juan Santisteban, que me acuerdo, que tengo un cariño muy grande de él, porque siempre cuando yo estaba me llamaba paisano, paisano, paisano. Y, bueno, la verdad es que yo tengo unos recuerdos magníficos de aquella época porque yo ya tenía una idea muy clara: a mí siempre me ha gustado entrenar y recuerdo cómo gestionaba en aquella época Miguel Malbo, que era un pionero en cuanto a la cantera, cómo estaba Luis Molowny".
Miljan Miljanić "fue después. Ese es el primer entrenador del Madrid hace un cambio. Después de Miguel Muñoz lo coge Luis Molowny pero luego el Madrid contrata a Miljan Miljanić, que se incorpora creo al primer entrenador, a Radisić, un preparador físico, de la escuela aquella yugoslava. Entonces Miljan Miljanić era muy metódico, muy canterano, yo me quedaba, yo tenía apuntes de los entrenamientos que hacía, los compañeros salían y yo me quedaba como se quedaban con canteranos. Recuerdo que Sabido, que luego jugó en el Madrid, con Escobar, con Carlos Escribano, cómo se quedaba, cómo corregía y cómo este entrenador implantó, te estoy hablando de los años 73 puede ser, donde este entrenador iba por delante, ahora que los entrenadores son grupos multidisciplinares, allí el entrenador ya Miljan Miljanić era un adelantado y tenía ya un entrenador por línea, tenía un entrenador de porteros, el primer equipo que tuvo un entrenador de porteros en el fútbol español, fue precisamente Santisteban fue entrenador de los porteros, estaba Ramón Ruiz, estaba Ramón Grosso, y estaba este preparador físico, y yo tenía apuntado, apuntaba todo este tipo de entrenamientos. Hablaba luego con compañeros que habían hecho esa pretemporada con ellos, como Isidoro San José. Me hablaba de, bueno, el método de trabajo de entrenamientos que tenían porque, claro, se tenían... primer entrenador, preparador físico que viene que se incorpora a lo que es un club como el Madrid. Anteriormente no existía esa figura y la verdad es que me sorprendía".
También jugó "con el Pegaso, también me ceden el Madrid también al Pegaso". Después, "mi final como jugador era en el San José, termino mi etapa como futbolista en el Conquense porque ya estaba yo trabajando y no podía dedicar todo el tiempo a lo que era... porque yo ya tenía dos hijos y, por lo tanto, necesitaba ir buscando ya otro futuro y entonces yo juego en el San José, un equipo filial, estaba en Preferente, pero tan solamente juego dos partidos porque el segundo partido el entrenador, Ángel Domingo, por temas personales resulta que no puede seguir y me comenta el presidente, el señor Caro, y una persona muy querida en Cuenca, Chiqui: 'Capa, ¿te quieres hacer cargo del equipo?' Y no lo pensé, ni lo dudé. Digo: 'cuando digáis'. Y pasé de un domingo a ser compañero al martes siguiente tener que dirigir a compañeros que habían sido, una experiencia importante".
Corría por aquel entonces el año 1981: "sí, fue complicado, fue complicado. Ahí yo ya tenía otro rol y hacerle ver a los compañeros donde yo había estado, yo he sido siempre muy alegre en el vestuario, me gustaba crear ambiente y esta siempre, bueno, organizar reuniones y tal. Y en el autobús era de los que un poco alegre en el autobús, pues, bueno, cuando yo llego tengo que tomar otro rol. Se lo hago ver pero hay muchos chicos, compañeros, que no lo entendieron, y me costó. Y me costó, me costó, me costó".
También se encontró con algún obstáculo para ser entrenador por su juventud: "Teodoro Nieto era entrenador mío en el Castilla, que lo tuve en el Castilla Juvenil, que lo tuve durante cinco años, porque luego yo pasé desde el mes de diciembre a un equipo que se llamaba el Chamartín, donde estaba García Hernández, donde estaba Pozo, los jugadores que íbamos a pasar luego a otros equipos. Entonces, Teodoro era el director de la escuela de entrenadores. Entonces yo sin nada, yo solo me fui un día a la calle Ferraz, que era donde estaba la federación de Castilla, en la calle Ferraz de Madrid, y cuando voy yo no sabía absolutamente nada de que Teodoro era el presidente. Yo sabía que era mi entrenador, y cuando veo ahí el presidente y mi entrenador y me dice: 'Joaquín, ¿qué haces aquí?'. Digo: 'pues que vengo a apuntarme para los cursos de entrenador'. Y me dicen: 'tú lo que tienes que hacer es dedicarte a jugar, a jugar, y luego ya tiempo tendrás para ser entrenador'. Luego he tenido relación con Teodoro, porque él ha estado muchos años con la selección española en las categorías inferiores, fue también seleccionador de fútbol femenino, etc. Y, por lo tanto, le tengo muchísimo muchísimo aprecio".
"Estoy tres años, y luego una situación muy complicada, porque hubo tres años de una enseñanza muy muy muy buena, porque primero era un equipo que yo lo había tenido, habían sido compañeros míos. El segundo era una mezcla también de gente muy veterana donde hicimos y tal, y un tercero donde, bueno, me proponen y donde digo que sí quiero ser entrenador pero tengo que hacer el equipo ya, y entonces hago un equipo muy joven, un equipo muy muy muy joven, de chicos, de los equipos que terminaban los juveniles en Cuenca: de los chicos que terminaban en el San José Juvenil, un equipo que se llamaba La Ahumada allí, el Acción Católica... equipos de todos esos, recojo a todos esos chicos que terminaban, con algunos veteranos, lógicamente, que teníamos, pero de los que yo tenía muchísima confianza y nos ponemos y disfruté de entrenar. Hicimos una temporada espectacular, fuimos el equipo revelación, subimos de categoría y la verdad es que a partir de ahí ya me viene El Campillo, un equipo de Tercera División, y empiezo ya a entrar en lo que es la categoría. Pero ese año exacto, la toma de decisión, yo se lo digo muchas veces a los entrenadores cuando voy a los cursos a dar algunas charlas, que es importante la formación. Lo más importante es la formación. Un entrenador que está empezando no tiene que ver más allá de donde quiera ir: centrarte, entrenar y, sobre todo, tu formación. Yo siempre mi preocupación ha sido la formación", continuó.
Una frase típica suya es que la universidad del entrenador es el fútbol modesto: "totalmente, y es que lo sigo creyendo. Es que yo creo... lo que pasa es que esto es difícil, pero la Escuela de Entrenadores tenía que exigir que ese curso ya para el curso nacional tenía que ser unas prácticas en lo que es el fútbol modesto, porque es lo que más creatividad te da, donde menos medios tiene, donde...".
"Tú tienes que intentar que el entrenamiento sea un entrenamiento motivante, que el entrenamiento sea un entrenamiento en el que hayan mejorado los chicos. El entrenamiento tiene que ser un entrenamiento donde los chicos estén deseosos de que llegue el próximo día de entrenar, eso es buena señal y, por lo tanto, siempre ha sido mi máxima en todos los equipos en que he estado, en todas las categorías del fútbol español. Siempre ha sido esa misma máxima", prosiguió.
Alcanzó tres liguillas de ascenso a Segunda B con tres equipos diferentes: Gimnástica de Alcázar, Conquense y Moralo, "equipos que no eran sus objetivos, sino que sus objetivos eran mantenerse en la categoría, y luego con un equipo, porque no había existido todavía, que era el Motilla, que, bueno, que de ascender estuvimos a punto de... nos hubiéramos metido en liguilla de ascenso, porque quedábamos terceros, estuvimos a punto de jugar porque anteriormente se jugaba una promoción. El primero subía y el segundo jugaba una promoción a nivel nacional pero, bueno, no se jugó, pero la verdad es que en todos los equipos había un denominador común, que también se lo comento a los chicos: la buena comunicación con los presidentes y haber creado siempre un buen grupo humano de futbolistas, siempre ha sido mi máxima, paralelo a la formación. Insisto en que en aquella época no tenemos las herramientas que tenemos ahora, donde tú puedes ver cualquier entrenamiento de cualquier entrenador del mundo, cualquier charla de cualquier... sino que tú tenías que ir a ver. Yo me desplazaba a ver a Antić, que en paz descanse, a Leo Beenhakker en el Madrid, yo me quedaba en El Retiro porque por la mañana entrenaba un equipo y por la tarde entrenaba otro equipo, y alternaba y hacía tiempo para ver el entrenamiento. Yo recuerdo las charlas que tenía con Benito Floro. Para mí Benito Floro fue un acierto que nos cruzáramos porque yo creo que fue un vanguardista. Yo creo que en el fútbol ha habido entrenadores, en su momento fue Benito. Muchos achacan a Arrigo Sacchi, pero fue Benito, en los mismos tiempos, con los mismos métodos era Benito Floro en la época suya del Albacete. Luego ha sido Pep Guardiola y ahora pues puede ser que sea el entrenador del Liverpool. Por lo tanto, son tres épocas distintas donde tres modelos de fútbol y yo tuve la suerte de encontrarme con Benito, con Ginés, con Pepe Carcelén, con Antonio Flores, y tener esas conversaciones siendo ya entrenador de Primera División y siendo entrenador él del Real Madrid. Recuerdo que las conversaciones, cuando teníamos una comida, en los manteles, en los bares, nos quedábamos él y yo rápidamente en los manteles eso y me empezaba a hacer preguntas y yo pintaba, y yo le decía, y no dejaba de preguntarle y me decía 'qué pesado que eres, qué pesado que eres', qué pesado que era pero porque no teníamos otra posibilidad de formarnos. He intentado siempre formarme, no solamente en el aspecto físico y en el técnico y táctico, porque todo eso, he intentado preocuparme mucho en el tema de la comunicación, porque yo sabía que cómo iba el fútbol el manejo de la comunicación del entrenador con los medios de comunicación, medios de comunicación - entrenador, iba a ser fundamental, es fundamental y va a ser fundamental. Por lo tanto, en el tema psicológico-mental he intentado prepararme mucho, que el entrenador mentalmente sea fuerte y, por lo tanto, tienes que formarte y leer sobre todo a gente que te recomendaba, escuchar", prosiguió.
En su época en el Moralo se hacía "más de 700 kilómetros" diariamente en un Renault 21 para desplazarse desde Cuenca a Navalmoral de la Mata: "yo trabajaba en el Patronato Municipal de Deportes. A las 12 de la mañana, 12:30 o una cogía, no cerraba el patronato, sino que le hacía un regate en aquella época al concejal de Deportes y al técnico de deportes y cogía mi coche y me iba para Navalmoral. Allí sí tenía un piso, llegaba, descansaba un poco y a las 8 de la tarde era el entrenamiento. Yo estaba allí sobre las siete menos cuarto estaba allí. Terminaba el entrenamiento, me volvía otra vez a Cuenca hasta el día siguiente, con el inconveniente de que estaban las carreteras que había, no había una autovía Cuenca-Tarancón, no había, y, por lo tanto... pero siempre lo he dicho, que nunca he sentido cuando estaba a mitad de temporada decir qué pesado se me está haciendo. No, porque estaba haciendo una cosa buena. Yo quería que me conocieran, yo quería que me conocieran en otra territorial, en la territorial de Extremadura, porque además estaba muy pegado ya a Andalucía y, por lo tanto, bueno, la verdad es que tuve mucha suerte, que me salió bien esa temporada".
Tuve la fortuna de estar en el Moralo, insisto, de encontrarme a una persona, el presidente del Moralo, que me dio luego muchas facilidades pero, bueno, las circunstancias... a mí me llama Emilio de la Riva, que fuimos compañeros, porque estaban siguiendo a un jugador del Moralo, a un tal Aguilera, un chico que me lo traje yo del Albacete, y que lo estaban siguiendo y me preguntó por las características del jugador. Y, claro, me preguntaba: 'oye, ¿el domingo este chico va a jugar?'. 'Claro que teóricamente es un futbolista que está jugando todos los domingos. Entonces iban a verlo él y Julio Peguero y, por lo tanto, les gustaba mucho. Lo que pasa es que el Recreativo fue pionero en cómo funcionaban las secretarías técnicas: Julio Peguero y Emilio de la Riva junto con Rafael Blanco implantaron un sistema de visualizar los futbolistas que le dio mucho resultado, ¿no? Y sobre todo fue que lo veían en directo y lo tenían que ver los tres. Pues entonces Emilio dio un informe y Julio de que el jugador era interesante pero que le gustaba el equipo. Ellos estaban buscando entrenador porque Manolo Vilanova no iba a seguir, estaban buscando entrenador y entonces Rafael Blanco, que era vicepresidente, exjugador del Sevilla, fue jugador del Sevilla, Diego de la Villa, presidente, entonces vienen a ver los partidos. Viene él y le gusta, le gusta cómo el equipo está plantado, todos los aspectos. Y eso ya me he enterado posteriormente: Rafael se quedaba inclusive cuando ya íbamos avanzando, iban avanzando que los informes eran buenos, Rafael se quedaba hasta ver las ruedas de prensa, escuchaba las ruedas de prensa y, entonces, tuve la suerte de que estuve en contacto con Diego de la Villa, recuerdo la primera vez que voy en Madrid en el hotel Meliá Castilla y hablo con ellos. Cuando vamos a hablar digo: 'firmo en blanco, firmo en blanco'. Dejaba el puesto de funcionario del ayuntamiento y firmaba en blanco tan solamente con una condición, de que yo tenía que ser el máximo responsable del equipo, ¿no? La verdad es que eso le gustó a Diego de la Villa. Hubo una empatía tanto con Rafael como con Diego 100% y, bueno, y acertamos. Por lo tanto, fueron personas que en mi carrera profesional siempre los tendré presentes porque fueron tres años espectaculares y porque no solamente la parte que se ve, sino la parte de conectar con la gente de
Huelva. Recuerdo que iba a todos los colegios a ponerle vídeos del fútbol a todos los colegios en
Huelva, iba a todas las peñas... y, por lo tanto, fuimos haciendo como se llamó en aquellos momentos la recremanía. Iban acompañando los resultados, los resultados, hasta que tuvimos la fortuna de subir".
El ascenso a Segunda División A en 1998 es la consagración del técnico utrerano: "recuerdo que en aquella época hicimos debutar a chicos como Pavón, que actualmente" es el entrenador del Cádiz B.
Elogia la preparación y relación que mantiene con su segundo entrenador Luci y también recuerda con cariño con 44 años su paso por la selección andaluza en 1999 con “una selección espectacular con grandes recuerdos”.
En el año 2000 aterriza en el Sevilla F.C. donde estaría cinco años y “por supuesto que me acordé de mi padre. La sintonía con el presidente Roberto Alés fue total y el para mí más que un presidente fue como un padre deportivo”. Logra como campeón el ascenso a Primera División.
Caparrós reconoce con el Real Betis Balompié también en Primera División que “es cierto que le poníamos a los futbolistas recortes con frases de Ruiz de Lopera hablando del Sevilla y otras cosas que no se pueden decir porque no han prescrito; eran derbis muy pasionales en una ciudad dual y no los he vivido iguales”.
El seleccionador de Armenia cuya filosofía siempre ha sido la apuesta por la cantera, destaca por haberle dado la oportunidad en la élite a jugadores, entre otros, como Reyes, Sergio Ramos, Capel, Antonio Puerta, Víctor Salas, Gallardo, Antoñito, Jesuli, Carlitos. “La famosa frase de que el Sevilla vende para crecer, es una realidad”, asegura Caparrós al nombrar a Reyes como el antes y el después de la mejora económica en el club.
“No me arrepiento de marcharme del Sevilla y aterrizar en el Depor y me gustó el proyecto. Teníamos fichado a Palop y Luis Fabiano y curiosamente Lendoiro primero me dice que fichamos un año y después renovamos dos más hasta que me libera el presidente para marcharme al Athletic donde viví cuatro años espectaculares”, asegura Caparrós.
“Yo me considero hacedor de equipos y me proponen un proyecto muy bonito para el Neuchatel en Suiza; vi que no había feeling con el propietario y tras momentos complicados, me sentí orgulloso de las decisiones que tuve que tomar como entrenador en el vestuario”.
Curiosamente ficharía dos años por el RCD Mallorca tras una llamada de Lorenzo Serra Ferrer, con pasado en el Real Betis, con el que hablaba de los derbis y “las relaciones fueron muy buenas”. Levante UD, Granada CF y CA Osasuna serían sus siguientes destinos hasta que vuelve a embarcarse en una aventura extranjera en el Al-Ahli de Doha donde “no disfrutaba absolutamente nada y no estaba a gusto”.
Caparrós recuerda con orgullo que futbolistas a los que había hecho debutar en Primera División logran ser campeones del mundo con España, porque “los títulos te dan prestigio y dinero, pero se pasa; tú ves a un chico que va creciendo y eso es para toda la vida. Soy feliz cuando ves triunfar a esos chicos que hemos tenido la oportunidad de entrar en la élite y sigo teniendo contacto con todos ellos”.
En 2018 llega su regreso al Sevilla F.C. y Caparrós destaca el nombre del actual presidente del club, Pepe Castro al que estaré agradecido por dos cosas, una que “él me abrió la primera puerta para conectar con Roberto Alés y después para regresar al Sevilla, de lo contrario no hubiese llegado”.
Al hablar de su trayectoria, Joaquín Caparrós confiesa sobre la posibilidad de haber sido seleccionador nacional que “me hubiese encantado y fue bonito que estuviera en la terna de candidatos; ningún resentimiento a nadie y desearle lo mejor que en aquel entonces fue Lopetegui”.
Caparrós medalla de la provincia y del fútbol andaluz de la RFAF despedía el programa “Confinados” dejando pinceladas sobre hombres del fútbol como José María del Nido; Manuel Ruiz de Lopera; José Antonio Reyes; Joaquín; Antonio Puerta, Lorenzo Serra Ferrer, Pepe Castro y Ramón Rodríguez Verdejo “Monchi” y asegurando sobre entrenar hasta los 100 años que “me gustaría, entrenar es mi pasión y mi vida; me gustaría que me recordaran como un hombre pasional, enamorado de esta profesión con la que vivía las 24 horas y que me ha dado mucho, más de lo que yo le he podido dar, he conseguido una familia, estoy muy a gusto y no me puedo quejar como vivo”.